viernes, 21 de octubre de 2011

At least, you can dream.

Es triste, saber que tienes que olvidar, cuando no quieres. Cuando sientes, que algo es demasiado grande, como para dejarlo ir. Así sin más, sin luchar por él. Pero, mientras, te haces daño, porque duele. Y es inevitable. Es el hecho de leerlo, de oirlo, de imaginarlo. Él, con ella, no contigo. Pensando. Mejor no hacerlo. Como escuchar música con la que te identifiques, para hundirte más. Ya, claro. Mejor no. Pero, ¿y si no? ¿Qué haces? ¿Gritas? Qué. ¿Corres? A donde. Sientes que todo se derrumba, que algo muere, lento, muy lento. Pero lucha con todas sus fuerzas por sobrevivir. Porque es algo especial. Porque lo quieres. Contigo. Siempre. Más vale, que en los sueños, al menos, todo es como tú quieres.

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